Cuando conozco a alguien, tengo la sensación de que aparece
justo en el momento adecuado. Es como si el Universo conspirase e hiciese todo
lo posible para que, por casualidad, te topes con ese alguien. Para que lo
aproveches; le saques todo el jugo.
Cada uno de nosotros es un mundo.
Siguiendo esa metáfora, yo he estado en muchísimos. Y quizás
venga al caso. Sí, viene. En cierto modo soy como Sora en el Kingdom Hearts.
Desde el principio del juego sabes que está solo. Y lo estará siempre. Pero
cuando más lo necesita, aparece alguien en el que apoyarse. Alguien que le
ayudará en su camino; en sus viajes a través de todos los mundos, de los cuales
aprenderá.
Esa es una razón por la que me gusta conocer gente. Me gusta
viajar de una persona a otra. Conocer cada rincón, cada callejón, cada
recoveco, cada misterio.
No cambiaría por nada en el mundo, pues, el haber conocido a
todas las personas con las que me he topado. Si las hubiese conocido antes, no
me hubiera ido ni mejor ni peor. Como ya he dicho, aparecen justo cuando los
necesitas. Personas que se adaptan a tu forma de ser. La del momento. Pensadlo.
Realmente, si hubiese conocido a personas que ahora están a mi lado hace tiempo
atrás, ¿quién nos diría que mantendríamos la misma o mayor relación que la que
tenemos ahora?Seguramente sería al contrario, no encajaríamos.
Ire ha cambiado a lo largo del tiempo. Bueno, es que en eso
se basa la vida, ¿no? Siendo aún más concreta, las personas son las que nos
cambian. Lo que experimentas, lo que vives, lo que padeces mediante o a través
de ellas. Y lo que haces por ti mismo; lo que descubres. Todo es capaz de
moldearnos y, para qué engañarnos, no solo el Universo conspira para que
conozcas a alguien sino que o la descartas y se va alejando con el tiempo o
simplemente dicha persona aparece y permanece por el hecho de encajar contigo.
Quizás se quede; quizás no. Eso no podrá saberse.
Una cosa si os digo. Todo (o casi todo) en esta vida tiene
fecha de caducidad. Es la condición por el hecho de vivir, aunque suene un poco
fatalista. Quizás desde el principio ya se pueda saber aproximadamente quién se
va a quedar o no. Llámalo intuición. Qué sé yo. Lo que sí sé es que no
cambiaría por nada del mundo lo que tuve y lo que tengo actualmente. Incluso
las personas que no están y no quería que se fuesen; los que vinieron para quedarse;
con los que empiezas bien y acabas mal; los que pasaron desapercibidos. Todas y
cada uno de ellas te han hecho ser como eres en cierto modo.
¿Por qué alterar, pues, el espacio-tiempo para poder pasar
más tiempo con una?Vino cuando debía venir y punto. Qué más da cuándo lo haga
si acaba haciéndolo. Ese es el caso.
No importa cuándo si, a partir de ese momento, vas a
aprender, conocer, querer y a pasar todo el tiempo posible con esa persona.
Lo demás, queridos lectores, da exactamente igual. Siempre
vas a estar pensando que te ha faltado tiempo, a pesar de haber pasado casi
toda tu vida con una persona.
Qué se le va a hacer. Somos así.
No hay comentarios:
Publicar un comentario