No me gusta esa frase porque da por hecho que todos los
seres humanos buscamos lo mismo. Qué estupidez, ¿no?
Es algo que se suele pensar. Todos tenemos el mismo
propósito, el mismo objetivo. Por eso estamos aquí. No sé, es lo que me viene
al leer esa frase. El ser feliz. A eso se refiere, ¿no?
Y volvemos al tema -otra vez- de la felicidad. ¿Qué es la
felicidad? Un concepto, abstracto, que nos han metido por los ojos y por las
orejas a más no poder: "Hace falta ser feliz por encima de todo",
"sufrir está mal", "felicidad es alegría y sonrisas".Si no
estás así, mejor que te mueras, porque estás mal de la hostia. Te deprimirás y
enfermarás -física o mentalmente- y necesitarás un puto psicólogo.
Dios, qué problema tan gordo. Y en realidad, el problema es
no saber adaptarse y sacarle partido a toda situación o circunstancia que te
venga. Para eso no necesitas a otra persona que te lo diga. La vida es como una
montaña rusa. Habrán subidas que cuesten; pero también bajadas que alivien.
En eso consiste. Aguantar las vicisitudes de la vida a pesar
de pasarlo un poco mal. A todos nos pasa. Estamos hechos para frustrarnos, enfadarnos,
llorar, reír, levantarnos. Para el dolor.
Y bueno, después de esto, sería estúpido perseguir algo como
la felicidad. Nadie antes ha sido capaz de definirla. Cada individuo obtiene
felicidad de diferentes cosas. No todos somos iguales, ni tenemos las mismas
necesidades, ni las mismas prioridades. Sería ilógico coincidir, pues, en ella
puesto que cada uno tiene, por así decirlo, su propia definición.
Como veis, los 7 mil millones de humanos no buscamos lo
mismo. Que obtengamos placer o «felicidad» (siempre entre comillas) de las
mismas cosas es diferente. Claro que puede haber alguien que busque y obtenga
la misma satisfacción haciendo lo que hacemos, pero, caemos en la tentación de
perseguir aquello que ni nosotros mismos somos capaces de definir. La
felicidad, el amor, la verdad, la justicia...
Que joder. Cada persona tiene su proyecto de vida. Personal.
De ahí la palabra. No todo el mundo tiene los mismos objetivos, ni las mismas
aspiraciones. Y siento que me estoy
explayando más de lo debido. De hecho, los filósofos lo llevan estudiando toda
nuestra existencia. Y, ¿sabes qué es lo mejor? Que nunca encontrarán la
respuesta. Porque ahí está la gracia de la vida y de vivir, valga la
redundancia.
No saber qué buscamos. Simplemente, avanzar. Y aprender lo
máximo de las posibilidades que la vida nos ofrece, que son infinitas.
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